3ª Entrega: La improvisación al poder!

23 septiembre, 2009 4:40 pm Publicado por  – 2 Comentarios

Me resulta difícil imaginar que ya haya llegado a la séptima entrega, mensual, de este blog. Al principio era reticente a escribir otra cosa que no fuesen letras, pero ahora me doy cuenta que estoy disfrutando con ello y tal como indiqué en la primera parte, esto además me ayuda a poner algo de orden en el caos que llevo en mi cabeza.
Recientemente volví a Amsterdam y tuve que cambiar de apartamento de manera urgente. Nada más aterrizar, me fui a buscar muebles. Al día siguiente vino Al’ Hazred, nuestro ex batería, para ayudarme a llevar los muebles al nuevo piso. El mismo día pintamos y pusimos un suelo nuevo con la ayuda de un obrero, así que al tercer día ya estaba instalado en mi nuevo hogar. Es mi pequeño santuario para reflexionar y hacer música.
Cuando estaba en Estambul, negocié un patrocinio con los platos Agean Cymbals para nuestro batería Xul, y cómo no, se puso muy contento.

La semana pasada celebré mi cumpleaños en un restaurante griego. Reservé una mesa larga para los miembros de la banda y unos amigos y disfruté con el excelente ambiente y buen rollo del sitio. Tomamos ingentes cantidades de vino griego semi dulce y también tomamos algo de ouzo (licor similar al anís pero más dulce) y de Jack Daniel's. Después bajamos hasta el centro de Amsterdam donde esta el bar metalero The Cave. Su propietario nos puso unos chupitos complementarios para rematar lo del Jack Daniel's.
Al final de la sexta entrega dije que mi gran oportunidad llegó cuando entré en una banda de death metal. Nunca antes había hablado públicamente sobre esa banda, porque nunca me pareció necesario, especialmente después de crear Melechesh. Para que os hagáis una idea sobre esa banda os diré que nació de las cenizas de dos grupos, ya desaparecidos, de Jerusalén.

Como precisaban a un vocalista me llamaron, así que acabé ensayando con ellos bastantes veces. Os aseguro que eran unos músicos muy talentosos. Finalmente conseguimos nuestro primer concierto en el club Pargod (sobre este bar, literalmente bajo el suelo, ver entregas anteriores). Estábamos bien preparados, se había hecho bastante publicidad sobre la actuación y hubo una gran afluencia. Me encontraba tan metido en eso que ni siquiera me paré a pensar hasta poco antes de subir al escenario. Empecé a preguntarme por qué estaba haciendo lo que estaba a punto de hacer. Afortunadamente cuando subí, los focos que iluminaban el escenario y la falta de iluminación sobre el público, me impedían ver a nadie, algo importante para mis nervios. Nada más saltar, metí la pata anunciándonos con el nombre de una de las bandas desaparecidas en lugar de con el nuestro. Dije: “Buenas tardes, Jerusalén. Somos Divinity.”

Oí risas, me puse más nervioso pero tuve que actuar rápido, así que dije que estaba bromeando, que nos llamábamos Crushed Cenotaph y que el tema se titulaba “Silence Has no Disguise”. Immediatamente después arrancamos y empezamos a hacer headbanging a la vez, como buenos metaleros que éramos... digo somos. El público enseguida se acercó al escenario y empezó a menear las melenas también. Me sentí más cómodo y desde entonces me encanta subirme a las tablas. Suena a cliché pero el flujo de adrenalina y energía dan emociones que no se pueden describir.
Hicimos varios conciertos por Jerusalén y Tel Aviv. Fichamos con una productora local que se llama Pounding y grabamos una demo y un tema para un recopilatorio. Nuestro logo fue diseñado por Lord Curse, que acabaría siendo el primer batería de Melechesh. Por entonces ya estaba metido en el underground metalero internacional, intercambiando cintas, flyers, fanzines y cartas por todo el mundo. Todavía no se usaba el email y llevar a cabo una entrevista podía tardar hasta dos meses en total (escribiendo las preguntas, mandándolas por correo normal y esperando la respuesta). Como ya he dicho, no me gustaba mucho escribir y encima era una labor ardua. Aunque las cosas pintaban bien para la banda, personalmente no estaba satisfecho. Sentía que algo me faltaba aunque a nivel de técnica éramos una banda más que competente. Quería hacer algo más sincero.
Una tarde estaba en casa de un amigo, cotilleando su colección de vinilos mientras él y mi mejor colega jugaban al billar. De repente me topé con el disco de Bathory ‘The Return’. Nunca lo había escuchado antes (aunque ya conocía ‘Hammerheart’, ‘Twilight of the Gods’ y ‘Blood, Fire, Death’). Mi amigo me dijo que el disco era malísimo pero le contesté que ya le daría mi opinión. Así que lo pinché en el tocadiscos y se me pusieron los pelos en punta. Temas como “Possessed” y “Total Destruction” me conquistaron enseguida. Pensé que aquello sí que era sincero y desagradable a la vez. Fue entonces cuando quise montar una banda que emitiese las mismas vibraciones.
Aquel mismo año, mi mejor amigo se marchó a EE.UU. a estudiar. A día de hoy sigue viviendo y trabajando allí como químico. Hace un par de años tuve el honor de ser el padrino en su boda en California. Habíamos crecido juntos y éramos inseparables, como hermanos, sólo nos separamos cada vez que yo dejaba el país siendo pequeño.

Su marcha a EE.UU. me hizo concentrarme más a la hora de componer. Al principio me limitaba a confecionar melodías sencillas y maléficas, pero según pasaba el tiempo, me di cuenta que añadiendo escalas musicales orientales y otros ritmos de batería, le daba a la música un aire nómada personal y malvado. También empecé a ser consciente de la gran influencia que tiene sobre el mundo del metal el libro de Lovecraft, “Necronomicon”, parcialmente inspirado, aunque con muchos fallos, en las mitologías sumeria y mesopotamica. Parte de mis raíces son asirias, y aunque resulta difícil creerlo, los asirios todavía existen. Son un pueblo de la diaspora, como los armenios, que ahora viven en Europa central y EE.UU., así que el siguiente paso lógico era añadir la temática mesopotámica al concepto de Melechesh. Aunque detesto las afirmaciones absolutas, creo que las cosas que nacen por causa de convicciones fuertes y afrontan retos importantes, tienen profundidad, sustancia y están alejadas de la mediocridad.
¿Os acordáis cuando escribí que el director de mi colegio quería cortarme el pelo y que finalmente cedí a sus exigencias después de mucho insistir? Se me olvidó decir que volví a dejarme el pelo largo, ya que me quedaban dos años para graduarme, pero él seguía diciéndome que un día me la devolvería. Como siempre lo hacía con una sonrisa, nunca le entendí muy bien. Simplemente pensé que estaba de broma. Cuando me llegó la hora de graduarme, me dijo que no me lo permitiría al menos que me cortara el pelo, y esta vez MUY corto. Me quedé atonito. Le pregunté por qué me engañó dejándome que me creciera el pelo y respondió: “Te dije que un día te la devolvería, ¿verdad?”. Como buen servidor de Dios era un sádico y un malvado y quince años después de graduarme, sigo teniendo la misma opinión sobre él. Me negué a hacerlo y me mandó a casa, prohibiéndome acudir a los exámenes finales. Quería arruinar mi futuro, pero mucha gente de la escuela le presionó para que me dejara hacer los exámenes y finalmentre cedió. Aprobé y ahora tengo un Master.
Todavía hay un lugar especial en mi corazón para los primeros temas que compuse para Melechesh. Junto con el batería Lord Curse pillé a un guitarrista, aunque sabía que era algo vago, así que le di un ultimatum: “Si te pierdes los primeros ensayos, estás fuera.” Los perdió, así que acabé buscando con Lord Crush a otro guitarrista hasta que surgió otro nombre: Moloch, quien tocaba en otra banda con Lord Curse y además resulta que era pariente mío lejano, así que decidí darle una oportunidad. Todos estábamos 100% motivados y aunque sabíamos que tocábamos fuera de tono nos daba igual. Como nos gastábamos todo el dinero en cerveza, ni siquiera teníamos para comprar púas, así que usábamos tarjetas de telefono público que recortábamos en forma de triángulo.

Si nos faltaba una cuerda de un grosor concreto, la reemplazábamos por otra independiemente del tamaño. Los pedales de los bombos estaban tan gastados que Lord Curse tuvo que soldarlos. ¡La improvisación al poder! Quiero dedicar más tiempo a los inicios de la banda, así que seguiré el proximo mes con los retos que tuvimos que afrontar, llegando también las recompensas.

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