ROCK Y AVENTURA, por Iosu López

25 febrero, 2010 9:18 pm Publicado por  – Deja tus comentarios

LA COSTURA DE AMÉRICA

En la ciudad de los dioses, Teotihuacan

Hace veinte años, el escritor Tahir Shah llegó desfallecido a una árida ladera en el norte de Kenia. En una choza de adobe, encontró a quien es considerado como el último gran explorador, Sir Wilfred Thesiger, que le ofreció un té para calmar la sed y recuperar las fuerzas. Pero además de la bebida, Thesiger le regaló un consejo: «No busques los lugares, busca a las personas». Esta historia me la contó mi amigo Enrique en uno de nuestros habituales cafés vespertinos. Desde pequeño he sido un idealista. Soñaba con vivir grandes aventuras, descubrir lugares remotos, perderme en parajes desconocidos como los antiguos exploradores... En una de aquellas ensoñaciones de infancia imaginé un viaje a través del continente americano. Y ese sueño se hizo realidad unos años más tarde. La afición por viajar me viene de familia. Cada verano viajaba en caravana junto a mis padres y mi hermano por el continente europeo: Austria, Dinamarca, Italia, Reino Unido, República Checa… Nunca había oído hablar de Thesiger ni de sus teorías, pero la motivación del viaje que emprendería sería muy similar a la del aventurero británico nacido en Etiopía. Hace muy pocas semanas que he regresado de América. Mi cuerpo ha vuelto a casa pero mi cabeza sigue viajando. Tomar una decisión de este tipo me llevó más de un quebradero de cabeza. Tuve que sortear miedos propios y ajenos, trabajar muchas horas para reunir el dinero necesario, desviarme del camino de la cotidianeidad, de lo que se establece como normal en nuestra sociedad: Tener una casa, una hipoteca, un coche, formar una familia... Decidí seguir el dictado de mi corazón asumiendo los riesgos. ¿Volvería a ser todo igual después del viaje? ¿Regresaría a casa o encontraría un lugar donde establecerme? Todo eran interrogantes sin respuesta. La premisa: Atravesar América de norte a sur en sentido contrario al migratorio por la carretera panamericana desde Prudhoe Bay (Alaska) hasta Bahía Lapataia (Argentina). Los primeros trazos de esta vía surgieron durante el Imperio Inca, con los caminos del Inca. Posteriormente, la ruta se fue extendiendo para ser conocida como tal en la V Conferencia Internacional de los Estados Americanos de 1923. Hoy es un sistema colectivo de carreteras que, en más de 30.000 kilómetros, conecta el continente americano de un extremo al otro. Al final, fruto de la improvisación, fueron casi 45.000 kilómetros de caminos, pistas de grava y vías asfaltadas subido a bordo de todo tipo de transporte terrestre-acuático imaginable: Autobús, tren, bicicleta, moto, coche, cayuco, lancha, carromato... El avión estaba permitido únicamente para cruzar el Atlántico desde Madrid a Alaska y de regreso de Buenos Aires a España. El espíritu: Primarían los paisajes humanos frente a las atracciones turísticas, el diálogo frente a la obsesión del turista por el retrato fotográfico, la observación frente a la mirada fugaz. Fabio Montale ya relataba en su novela “Chourmo”: «Lo esencial del chourmo es conocer gente. “Mezclarse”, como decimos en Marsella. Meterse en los asuntos de los otros, y viceversa. Hay un espíritu chourmo. Dejas de ser de un barrio, de una ciudad. Eres chourmo». El equipaje: Dos mochilas, una cámara de vídeo y mi guitarra española. En todo viaje hay sed de conocimiento, una ración de huida y escape de la rutina, un reto personal… Yo reunía todos esos requisitos. Dejé atrás la comodidad: Mi trabajo de periodista, una novia a la que quería, familia y amigos. Necesitaba hacerlo solo. Para algunos mi idea sonaba más a un acceso de locura que a algo cuerdo.

ON THE ROAD

Iosu con el trotamundos Paco Gamarra

Acostumbrado al ruido de la civilización me impactó el silencio que inundaba el ambiente en la última frontera de Norteamérica. En Alaska compartí una tarde con Wullie McLeod, un trampero que diariamente recorría 20 kilómetros para cazar en la gélida tundra. Descubrí las dificultades a las que tienen que hacer frente cada día miles de latinoamericanos cuya calidad de vida cambia radicalmente por el hecho de vivir a un lado u otro de una línea fronteriza. “Por más libros que puedas leer en tu casa, por más internet enciclopédico que puedas tener al alcance… nunca vas a aprender lo mismo que en la carretera caminando”, me aconsejó Gerardo Altamirano, un músico errante que vagaba por la sierra chiapaneca (México) “desarreglando canciones por un puñado de pesos”. No muy lejos de allí me adentré en la selva del Gran Petén para conocer de cerca cómo se extrae y fabrica de forma artesanal el chicle natural. Recibí el año nuevo sumergido en las aguas turquesas del caribe hondureño, aposté unos cuantos pesos en las peleas de gallos, el deporte nacional nicaragüense. Tan sólo un tramo de 87 kilómetros de selva montañosa entre Panamá y Colombia, conocido como el Tapón del Darién, interrumpió momentáneamente la ruta. Imposible continuar por tierra. Los lugareños me desaconsejaron intentarlo: Guerrilla y paramilitares se disputaban el territorio para asentar sus laboratorios móviles para el procesado de la pasta base. La enfermedad se cruzó en mi camino. Contraje la fiebre tifoidea. Durante las tres semanas que estuve recuperándome en el hospital pensé varias veces en abandonar. De nuevo en ruta, navegué de isla en isla en cayuco por el Archipiélago de San Blas (Panamá) junto a los indígenas kuna, descendí en bicicleta de montaña por la Carretera de la Muerte –la más peligrosa del mundo- en Bolivia desde La Cumbre (4.700 mts) hasta Coroico (1.200 mts), recorrí el Amazonas peruano pescando pirañas, atravesé el Salar de Uyuni (Bolivia), el gran desierto blanco donde el único ruido molesto es el silencio. Crucé una Colombia amigable que lamentablemente debe soportar la lacra de la violencia y el narcotráfico, buceé en las arterias de las grandes metrópolis latinoamericanas como México D.F., Lima o Buenos Aires, descubrí paraísos terrenales en el oasis de San Ignacio (México) o el lago Atitlán (Guatemala), abandoné la dictadura del reloj degustando nuevos sabores, captando la esencia de olores que jamás había imaginado. Reí, lloré, me sentí feliz. En mi deambular se cruzó el timador, el pobre, el borracho, el extranjero, el amigo. Todo terminó 10 meses, 2 semanas y 5 días después de mi partida en Ushuaia, la ciudad más austral del planeta, el fin del mundo. El viaje propició el autoconocimiento y me puso cara a cara con la soledad y la nostalgia. A pesar de las guerras, de las crisis, de las diferencias culturales, de la corrupción y la codicia que nos distancian a los seres humanos, confirmé que quedan decenas, cientos, miles de seres humanos anónimos con un gran corazón. Ahora, cámara en ristre y con las orejas bien abiertas, sigo a la caza de historias y vidas en cualquier momento y en cualquier lugar. Próximamente verá la luz un documental de esta aventura, un retrato cinematográfico personal del que probablemente haya sido el viaje más importante de mi vida. Estoy infectado con el virus del viajero y puede que esta enfermedad termine siendo crónica.

IOSU LÓPEZ

www.rutapanamericana.com

Sinopsis del documental

Antes de cumplir los 30, Iosu López decide abandonarlo todo para cumplir un sueño de infancia: Recorrer América de norte a sur y hacerlo íntegramente por tierra. Un viaje en solitario de 45.000 kilómetros y más de 10 meses desde Prudhoe Bay (Alaska) hasta Bahía Lapataia en Tierra de Fuego (Argentina) a través de la Ruta Panamericana. El cambio en su perspectiva vital, el autoconocimiento y el esfuerzo personal de superación marcan un viaje de descubrimiento de la rica y compleja topografía humana y social del continente americano.


Proyecciones solidarias del documental:

· 25 febrero 2010
Barcelona - Librería Altaïr (Gran Vía 616) - 19:30 horas

· 3 de marzo 2010
Bilbao - FNAC Bilbao Alameda (Alameda de Urquijo 4) - 19:00 horas

· 4 de marzo 2010
Logroño - La Gota de Leche (C/ Once de Junio 2) - Hora por confirmar

· 13 de marzo 2010
Sevilla - FNAC Sevilla (Avda. de la Constitución 8) - 19:00 horas

· 7 de abril 2010
Madrid - FNAC Callao (C/ Preciados 28) - Hora por confirmar

· 11 de abril 2010
Valencia - FNAC San Agustín (Guillem de Castro 9-11) - 19:00 horas

· 24 de abril 2010
San Sebastián de los Reyes (Madrid) - FNAC Plaza Norte (Avda. del Juncal 15-17) - 19:00 horas

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