PORRETAS + YESKA: HIMNOS DEL BARRIO

14 febrero, 2012 1:50 pm Publicado por  1 Comentario

Sala Penélope, Madrid

Hay grupos exitosos y grupos exitosos que dejan huella, un sello inconfundible que les hace si cabe más célebres. Una de esas bandas es a buen seguro Porretas, perros viejos en esto del rock, siempre de la mano de la honestidad y una filosofía urbana, sencilla y vitalista de la que han impregnado cada una de sus canciones, hoy y desde hace años convertidas en verdaderos himnos de barrio.

Son incontables los seguidores de muy distintas edades que, desde diferentes afinidades musicales  y perspectivas generacionales, han coreado mil veces alguno de estos himnos y han bebido en buena compañía con ellos de fondo. Por eso, extrañaba el semivacío aspecto que presentaba la amplia Sala Penélope de Madrid cuando Yeska comenzaron a desgajar su rock urbano raso e irreverente.  Por suerte fue solo un espejismo, y, aunque ello no hiciera justicia con la entregada actuación de la banda telonera, poco a poco la gente fue llegando, la mayoría probablemente tras haber ingerido algo de zumo de cebada, que no desentonaba con la naturaleza del concierto y todos sabemos cómo están los precios en las salas de la capital. Mientras poco a poco el local iba cogiendo color, temas como el pegadizo “Un Día…” (“¡No estamos locos por exigir una sonrisa!”, claman en ella), “Dorando las Olas”, “Acompañante” o “El Tren del Fracaso” se sucedían con garra y solidez aunque sin mucha novedad que ofrecer en el marco de un punk rock directo y sin contemplaciones.

El ambiente estaba mucho más caldeado cuando en los prolegómenos del show de Porretas empezó a sonar el alegre “Always Look On The Bright Side Of Life”, banda sonora de “La Vida de Brian”, que sirvió para desperezarnos por completo antes de que los de Hortaleza pusieran a todo el mundo a brincar con “Si Nos Dejáis”, seguida de “Vive y Deja Vivir” y de la ilustre “El Abuelo Fue Picaor”, que terminó por desatar una euforia que no dejó de manifestarse en incesantes pogos, saltos y berridos por parte de una audiencia enloquecida. “El Baile de los Sordos” tiene años para aburrir, pero siempre es capaz de sembrar el jolgorio. Enseguida nos conceden un mínimo respiro con la aclamada “Dos Pulgas y Un Perro”, de inspiración ska y con un ritmo algo más pausado, si bien el certero rock de la genial “Los Doce Mandamientos” no tardó en meter de nuevo una marcha más. Pajarillo, que ocupaba el centro de la escena, hizo una crítica alusión a la crisis, que siempre pagan los mismos, para presentar “Esta Vida Es Una Mierda”, que se notó en la audiencia que era de nueva cosecha, pues no fueron tantos los que la cantaron y si más los que reservaron algo de energía para soltarla de golpe en “Tontolculo”, que la armó muy gorda, agitando al público como la que más hasta el momento.

Era tiempo de bajar las revoluciones y rendir un afectivo y emocionado homenaje al fallecido Rober, cuyo nombre corearon todos como preludio a la excepcional “Aún Arde Madrid”. El espíritu del desaparecido guitarrista y cantante del grupo sobrevoló la sala. Seguro que le habría gustado ver aquello.

Estaban encantados de tocar ante los suyos y en su ciudad, que nunca les falla, y al noreste de esa metrópoli está su querido barrio, Hortaleza. Ese es también el título de la siguiente canción que interpretaron en su honor y acompañados en el escenario por amigos del grupo que atienden un bar de la zona llamado El Quinto Pino.  Y tras esa magnífica copla rockera urbana, dos odas a la fiesta y el alcohol. “Si Bebes No Conduzcas” y “Kalimotxo” lo pusieron todo patas arriba antes de que exhibieran su faceta más contestataria con “Antisocial”, para la que iban a haber contado con Boikot, lo cual no fue viable por encontrarse estos en México. Tras “Mira Pa’lante”, la movidísima “El Deudor Del Contado de Hortaleza” vino antecedida por ese cántico, cada vez más vigente, de “lo llaman democracia y no lo es”. Pero sin descuidar la visión irreverente de las cosas, lo más importante era la fiesta, y todos montamos en júbilo con “Si Lo Sé Me Meo”, más aún teniendo en cuenta que invitaron a cantarla a Fernando Madina, siempre auténtico y tan enfático como si de un tema de sus imperecederos Reincidentes de tratase. Pero para énfasis, el que hubo por parte de banda y de público en “La Del Furbol”, que desencadenó el delirio completo, varios híbridos entre wall of death y circle pit entre el público y todo el entusiasmo del mundo por parte del cuarteto en escena, repitiendo una y otra vez ese estribillo imposible de olvidar.  Pocas canciones dan tanto juego en vivo como esta, que terminó con oés futboleros .

El ambiente era perfecto para acometer el popurrí de canciones que versionaron en su disco ‘Clásicos’. Tras él, probablemente por el lastroso motivo de los horarios, tuvieron que comerse del set-list dos temazos como “Joder Qué Cruz” y “Ahora Lo Llevamos Bien”. Una pena sobre todo por este último, comprendido en su primer trabajo, ‘Que Se Vayan a Hacer Puñetas’, y que habría supuesto un buen baño de nostalgia. Para los que si hubo tiempo fue para los imprescindibles “Marihuana” (en la que contaron con un teclista) y “Porretas”, con las que pusieron el broche final por todo lo alto, invasión de escenario incluida.

Con el “Always Look On The Bright Side If Life” sonando de fondo una vez más, se despidieron de la escena mientras, patinando sobre un suelo inundado de cerveza, escenario de una agitación incesante durante un par de horas, la gente iba recuperando sus enseres y abandonando el local. Eso sí, con la satisfacción de haber cantado una vez más junto a sus creadores, un buen puñado de esos himnos de barrio que nunca jamás morirán.

Jason Cenador

Redacción
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1 comentario

  • Alejandro dice:

    Conciertazo, si, pero con un gran pero, se anunciaba como un concierto especial con artistas invitados del disco y de los casi 20 que hay en el disco, realmente solo fue Fernando de Reincidentes. Sinceramente esperaba algo como lo que hizo Obus en la Riviera hace unos meses.
    Aun asi y con todo, gran concierto.

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