RULO Y LA CONTRABANDA: COMIENZO DE GIRA

12 marzo, 2012 10:43 am Publicado por  3 Comentarios

Teatro Principal, Donostia

Arrancaba una mini gira de siete conciertos en teatros con la que Rulo y La Contrabanda buscan dar la vuelta a su repertorio eléctrico. “Canciones desnudas” han titulado la aventura, en la que cuentan con la participación de una pareja de actores de la compañía Coroccotta Teatro que ayudan a “visualizar” mejor alguno de los íntimos, canallas y noctámbulos mensajes de las canciones de Rulo. Un espectáculo completo y equilibrado de prácticamente dos horas, que funcionó perfectamente engrasado pese a ser el estreno del formato en cuestión.

Hacía ya días que el taquillaje del Teatro Principal donostiarra estaba agotado y desde el principio se evidenció que las butacas del Antzoki de lo viejo estaban ocupadas por fans absolutamente incondicionales del cantante de Reinosa, con amplia presencia femenina.

Rulo y La Contrabanda es un grupo nuevo con un único CD en el mercado (“Señales de humo”), pero su jefe de filas tiene un amplio recorrido anterior con La Fuga, con los que grabó media docena de discos y logró una muy sólida base de seguidores, muchos de los cuales le siguen en esta nueva etapa autónoma.

En el Principal, Rulo interpretó enteramente su disco propio, más un buen puñado de éxitos de La Fuga que él mismo compuso en su día.

Un escenario muy íntimo ambientado con un gran reloj de fondo, una farola, un banco de madera con el suelo cubierto de hojas otoñales, y dos grandes candelabros llenos de velas, acogió a los músicos, que sentados en taburetes y vestidos al más puro estilo ganster con tirantes y sombrero de ala, encandilaron al público desde el primer minuto.

La sesión fue una eficaz demostración electroacústica de que las canciones de Rulo tienen alma y saben emocionar. El líder gesticuló mucho sus letras y La Contrabanda las armó a base de suavidad y matices vía piano, armónica, acordeón, lap steel o mandolina.

El grupo estuvo muy cómodo y el público también, y esto se tradujo en una conexión entre ambos durante todo el concierto. Para el tercer tema, “El manual”, Rulo ya se había descalzado y estaba sirviéndose algún chupito. Era tal la complicidad que Rulo, Raúl para su madre, se permitió relatar algunas intimidades para ilustrar las canciones, como cuando vivió un tiempo con una novia en Ibiza o cómo “Madrid” está dedicada a un antiguo amor de Barcelona.

Ejercieron tranquilos, casi parando el tempo de las canciones, como las inmóviles agujas del reloj de fondo.

Como anécdotas del concierto destacar el bonito guiño de Rulo a Donosti en su conocido tema “Heridas de R&R” añadiendo el nombre de la ciudad al estribillo, los diálogos de gestos y miradas entre Rulo y la bailarina de tango en varias canciones y la antigua farola del escenario que se encendía o apagaba al son de las letras o de los gestos de Rulo.

Fue inevitable que por momentos los ánimos se desbordaran: todo el teatro puesto en pie cantó y bailó “Por verte sonreír” y su estribillo para estadios, mientras imágenes de Donosti eran proyectadas de fondo.

En el bis, mientras Rulo cantaba íntimo sentado en el banco de madera, algunos de sus músicos repartían rosas, besos y se fotografiaban con el público.

Volvió la fiesta con “La cabecita loca” y se despidieron caminando entre el patio de butacas precisamente con “El vals del adiós”, primicia que incluirán en su segundo CD.

El bailarín de tango, tras un intento fallido de “suicidio” frenado por los espectadores, devolvió a la banda a punta de pistola al escenario para que recibieran los merecidos aplausos de su gente y se despidieran definitivamente.

No sabemos si Rulo y La Contrabanda serán unos nuevos Fito & Los Fitipaldis, pero aquí huele a éxito.

Texto: Aitor Zubizarreta

Fotos: Iñigo Malvido

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