LOS STRAITJACKETS: EL TACONEO TRIUNFAL

3 marzo, 2015 6:47 pm Publicado por  1 Comentario

Kafe Antzokia, Bilbao.

Pocos géneros deben tanto a Tarantino como el surf rock: en sus películas el director estadounidense no se encargaba únicamente de rescatar viejas glorias en horas bajas de las que ya no se acordaba nadie, como John Travolta, David Carradine o Kurt Russell, sino que también ejercía una influencia determinante en la música. Todos recordamos esas versátiles bandas sonoras que han legado estampas inmemoriales en la historia del cine, como la de Uma Thurman con su característico flequillo negro cantando “Girl,k You’ll Be A Woman Soon” haciendo que toca la guitarra o el apabullante baile regado en whisky de Salma Hayek y su serpiente al ritmointstraitjackers del “After Dark” de Tito & Tarantula.

Basta con poner en cualquier garito un sábado por la noche el “Misirlou” (que todo el mundo asocia de inmediato a ‘Pulp Fiction’) para que se desaten danzas frenéticas, zapateados y dedos extendidos a la altura de los ojos. Algo que habrá beneficiado incluso a combos con tanta solera como Los Straitjackets, que parapetados tras máscaras mexicanas, llevan dándole al surf instrumental desde 1988. Todo esto aunque no renuncien a participar en proyectos televisivos y colaborar con bailarinas de burlesque o mega estrellas del calibre de Tom Petty.

Esta gira por nuestro país tiene por motivo el celebrar el 25 aniversario de Discos Bloody Mary, en la que se hacen acompañar por Deke Dickerson, un tipo con tanta carretera como los de Nashville, que a los 17 años montó su propio grupo The Untamed Youth y desde entonces se ha convertido en un currante de la escena rockabilly. Aparte de esta producción músical, encuentra tiempo para escribir libros, ensayos y hasta una columna mensual en una prestigiosa revista de guitarras. Un auténtico arqueólogo del rock, tal y como se define en uno de sus textos.

Lo cierto es que contemplar en un escenario a unos personajes trajeados y con máscaras de lucha libre mexicana impone lo suyo, pero Los Straitjackets eran algo más que eso: una especie de show de variedades en el que cabían desde bailes egipcios con una mano hacia delante y otra volteada hacia atrás (como en las pinturas faraónicas en “Casbah”) hasta swing desenfrenado con guitarras que parecen trompetas en el clásico absoluto de la época de las Big Bands “Sing Sing Sing”.

Los punteos al tuétano estaban además sazonados por coreografías que se antojaban estudiadas al milímetro, pues a una señal lo mismo los tres mástiles se giraban a la vez que levantaban la patita, o se colocaban dispuestos a caer uno encima del otro como si fueran piezas de dominó. Y aquí nadie bostezaba en los solos de batería minimalista, sino que cada golpe era jaleado con un entusiasmo religioso, cual salmos en cualquier oficio dominical.Esta espectacular colaboración entre Deke Dickerson y los Straitjackets ha quedado registrada en un reciente álbum en el que ponen voz a populares piezas instrumentales de la trayectoria de los enmascarados, dando buena cuenta de temas como “Honky Tonk”, el trallazo “Fury” o la skalítica “Perfidia”. No sorprendieron tanto con el inmortal himno de The Rivieras “California Sun”, donde se echó de menos la velocidad punki de la versión de The Ramones o la de Los Vegetales.

Los momentos que lo petaban eran los rocanroles a la vieja usanza, que ponían a las féminas a danzar como si les fuera la vida en ello.. Casi se podría hacer una crítica de ello, puesto que había algunas con una destreza impresionante, atusándose la cabellera con clase, posando la mano en cadera y zapateando con tacones, como debe ser. Prácticamente parecía una competición entre las participantes. El súmmum bailongo llegó con el “Do You Wanna Dance?” de Bobby Freeman cuando invitaron a las chicas a subirse al escenario y algunas aceptaron la proposición ataviadas con máscaras. Además, tampoco era condición indispensable portar colores estrafalarios, ya que un simple gorro de lana de infantería bajado a modo de pasamontañas podía valer igualmente.

Otro instante sobrecogedor fue el adrenalínico “Kawanga”, cuyo aire a “Misirlou” desató movimientos descontrolados por toda la sala. También la versión instrumental del “Time Is On My Side” de los Rolling Stones fue cantada por el respetable a voz en grito de principio a fin. A veces la velada se asemejaba a una suerte de gramola en la que se sucedían éxitos conocidos, aderezados por marasmos instrumentales que, aparte de servir para que Deke se relajase un poco fuera de los focos, añadían variedad a un repertorio que entraba como un tiro, emborrachando igual que un vino dulzón de los que para cuando te quieres enterar ya te has bebido la botella. No era de extrañar que, al regresar para los bises, ya les aclamaran como a dioses en el abarrotado recinto. El entusiasmó legó incluso estampas curiosas como el desatado Deke mordiendo el móvil de una espectadora que disparó una foto en su boca o una dama que subió las escaleras para besar a uno de los enmascarados. Faltó únicamente ese griterío ensordecedor habitual de los grupos juveniles. Vaya fogosidad.

Y el final fue antológico. Cuando amagaron con una canción de amor, la peña protestó a rabiar y lanzaron ahí a la cabeza el ladrillazo “Surfin’ Bird” de The Trashmen, banda con la que Dickerson grabó su primer disco en 25 años. Desde la versión de The Cramps a la de los Ramones cualquiera sabe que es un arma infalible para animar cualquier garito, por lo que el despiporre ya alcanzó el cénit.

Un bolazo de los de repetir una y otra vez hasta quedar extasiado y escuchar en cada ocasión ese taconeo triunfal que anuncia aquellos pasos por los que no vuelve a crecer la hierba. Movimientos sutiles ante los que solo cabe desarmarse y sumergirse en esas miradas de complicidad que cobran pleno sentido en el reflejo del otro. Símbolo de devoción total.

 Texto y foto: Alfredo Villaescusa

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran crónica en tierras vascas del siempre infalible VILLAESCUSA acerca de esta interesante banda que lleva casi treinta años rockeando más allá de las mascaras que se colocan cada noche en escena.Junto a sus temas mas conocidos y alguna que otra versión dejaron un buen sabor de boca en el ANTZOKI bilbaíno!!!

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