THE DAMNED + LIE DETECTORS: UN CROONER VAMPÍRICO

24 abril, 2015 5:42 pm Publicado por  1 Comentario

Sala Santana 27, Bilbao

The-Damned-1Todos los estudiosos del fenómeno punk coinciden en señalar una amplia diferencia entre la primera y segunda oleada del movimiento. Y es que había una distancia enorme entre Sex Pistols o The Clash y luego por ejemplo aquella boyante escena californiana que floreciera tras el legendario concierto que ofrecieran en Winterland Johnny Rotten y los suyos allá por 1978, cuyas palabras finales todavía resuenan en los oídos: “¿No habéis tenido la sensación de haber sido engañados?”.

Cualquiera que conozca un poco la historia del imperdible sabe que mediaba casi un abismo a nivel musical entre lo que se hacía a un lado y otro del Atlántico en la misma época. Por un lado, los estadounidenses venían de los estertores de la cultura hippie, los yonkis ilustrados tipo Allen Ginsberg, William Burroughs y compañía, aparte del mítico garito CBGB. A los de las Islas Británicas, por contra, eso de la poesía subversiva y el rollete cultural les daba un poco igual y preferían el puro nihilismo, destruir, prender fuego a mansalva y aquí paz y después gloria. El anquilosado sistema anterior debía reducirse a cenizas para así poder construir algo nuevo en condiciones.

Entre una orilla y otra se encontraban los ingleses The Damned, pioneros en su país a la hora de lanzar un single, el seminal “New Rose”, y también pioneros al editar el disco ‘Damned Damned Damned’ en febrero de 1977 y girar por los States junto a los no menos legendarios The Dead Boys de Stiv Bators. Ocuparon asimismo la vanguardia cuando llegó el momento de sacudirse prejuicios estilísticos y abrir el abanico en otras direcciones para no quedarse anclados en el pasado.

Por todos esos motivos merecía la pena acercarse aquella noche para contemplar a Dave Vanian y Captain Sensible, dos nombres imprescindibles en la historia de la música. La sala estaba a reventar y había por ahí camisetas de The Dictators, The Casualties y demás grupos molones, e incluso de vez en cuando se veía algún sombrero.

Desde Guipúzcoa Lie Detectors se encargaron de enardecer al personal con su adrenalínico garage rock aderezado de ese toque castizo que les proporcionaba un histriónico cantante de punta en blanco y bigotón a la vieja usanza. Derrocharon descaro a la manera de Kaka de Luxe, versionaron a MC5 en “Ramblin’ Rose” y hasta desempolvaron los zapatos de gamuza azul en el “Hoy como ayer” del precursor del rock argentino Moris. Eran agradables para pasar el rato.

Lo bueno de la voluntad democratizadora del punk es que cada uno lo entendía a su manera. The Damned por ejemplo lo consideraban una suerte de reinvención continua en la que no existían reglas y tal vez por ello fueron incontables sus mutaciones y bailoteo de miembros. Pero por mucho que se muevan, los planetas siempre necesitan seguir una órbita en torno a un cuerpo celeste, un papel que representarían a la perfección los supervivientes de la formación original Dave Vanian y Captain Sensible.

Con gorra de oficial, perilla y micro retro años 50, el voceras y su fiel escudero iniciaron la sesión mirando hacia aquel “Disco Man” perteneciente a su EP ‘Friday 13th’ que se ha convertido en un clásico de sus directos, pese a que únicamente la reconocerían los más puestos en su trayectoria. Algo más fácil resultaba pillar el celebérrimo “Love Song”, incisiva aunque algo más lenta que en estudio, antes de que tiraran la casa por la ventana con el homónimo trallazo “Machine Gun Etiquette”. Si lo que buscaban con tan apabullante comienzo era que el respetable les hiciera caso, objetivo conseguido.

El aire saltarín de “I Just Can’t Be Happy Today” demuestra que fueron y siguen siendo una banda de contrastes, capaces de pasar en un instante de soltar bilis a perderse por vericuetos psicodélicos. Y “Wait For The Blackout” se antoja muy idónea para dar en la boca a los que todavía piensan que los londinenses son unos amargados con ganas de cortarse las venas.

La elegante figura de Vanian dominaba las tablas, ya no se trata de aquel chavalín con la cara pintada de blanco que veíamos en los vídeos, sino que ha madurado con dignidad, asemejándose a una suerte de crooner contemporáneo,no muy alejado de Morrissey o Nick Cave. A pesar de los años, la clase se mantiene intacta, aunque en realidad nunca le abandonó.

Bajaron un tanto el pistón con el “Silly Kid’s Games” interpretado por el guitarra Captain Sensible con su apariencia estrafalaria entre circense y brigadista a lo The Clash. Recuperaron enseguida empuje con el fundamental “Fan Club” de su debut y desataron la vena progresiva con un “History of The World” que por su piano los acercaba a Queen. Eso sería quizás su mayor acierto, o inconveniente, según se mire, sus múltiples facetas.

En este aspecto había veces que se les iba un poco la pelota, pero no tardaban en arremeter con una de esas piezas para corear en plan Misfits como “Ignite”, algo incendiario, desde luego. No se olvidaron tampoco del inevitable clásico de Paul Ryan “Eloise”, popularizada en nuestro país por el coloso Tino Casal, aunque sonara un tanto rara con el estribillo casi susurrado. Y pensar que aquí es un sinónimo de petardeo.

Los pogos se desataron obviamente con los himnos “New Rose” y “Neat Neat Neat”, con su peculiar teclista aquejado de baile de San Vito y la peña desmadrada totalmente. A un señor incluso le tiraron las gafas, pero las recogió en el acto y volvió a sumergirse en el meollo como si nada.

Y regresaron con uno de esos cortes para levantarse del sitio, “I Feel Alright” de The Stooges, que alargaron a su conveniencia, quizás hubiéramos preferido algo más ortodoxo. El broche definitivo lo pusieron con otra ineludible, un “Smash It Up” que tocaron íntegro, con sus partes lentas del principio y final,  y que provocó saltitos no exentos de cierto grado de salvajismo. Un epítome a 39 años de anarquía y caos.

Echamos de menos cosas de su etapa gótica como el country fantasmagórico “Shadow of Love” o ese “Street Of Dreams” con el que solían empezar en esta gira. Pero resultó un bolo muy digno para unas leyendas de su categoría, muy versátil, quizás demasiado. Había que tener amplitud de miras para caer en el influjo del crooner vampírico.

TEXTO: ALFREDO VILLAESCUSA
FOTOS: MARINA ROUAN

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Una banda histórica de los pies a la cabeza como son THE DAMNED por muchas que haya por delante de ellos en el punk rock y que esa noche en tierras bilbaínas con la buena música y el cachondeo de por medio brindaron una estupenda actuación estos ingleses con esos temazos.Ahí siguen cuarenta años después!!!

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